nota de prensa ine.es La Nueva España
Eloy Menéndez
José Manuel Valdés
Vicepresidente del Club Hípico Astur (Chas)
«Ceder el control total del club a Essentium es conducirlo hacia la desaparición»
José Manuel Valdés llegó hace ocho años a la vicepresidencia del Club Hípico Astur (Chas) de la mano de Andrés Domingo -con el que este periódico ha intentado sin éxito concertar una entrevista desde hace meses-. En la asamblea del próximo martes, escenificará su ruptura con el máximo dirigente de la sociedad al votar en contra del proyecto de la multinacional Essentium, que quiere construir un macrocentro deportivo en las instalaciones del club. Considera que, de aprobarse, los socios perderían todo el poder de decisión.
-¿Por qué se opone a un proyecto anunciado con una inversión de 21 millones?
-El proyecto de Essentium, tal y como viene redactado en el acuerdo marco, lleva implícita una transformación de un club deportivo-social, como el Chas, en una explotación lúdico-deportiva por una entidad mercantil, legítima, pero con ánimo de lucro. Un club social se gestiona mediante una directiva, sometida a la asamblea general de socios, y la concesión de determinados servicios a proveedores. Sin embargo, en el proyecto de Essentium se plantea una gestión total del club por parte de esta entidad, no por parte de los socios. Es decir, los acuerdos de los socios no obligan al proponente ni le vinculan si no está previamente de acuerdo con ellos. Por lo tanto, para mí, para una parte de la directiva y para un sector de la masa social este proyecto es absolutamente inadmisible.
-¿El proyecto choca con la filosofía deportiva del club?
-En mi opinión, sí. Hasta tal punto es así, que uno de los puntos del acuerdo marco dice que se respetará la actividad hípica, en tanto en cuanto, dos tercios de los socios titulares no decidan suprimirla en una asamblea. A día de hoy, me atrevo a afirmar que el espíritu del Chas sigue siendo el espíritu de sus fundadores. Pero no hay garantías de que esto sea así si Essentium se hace con el control del club y comienza a admitir a nuevos socios. Esto podría provocar, en un espacio muy corto de tiempo, que los nuevos socios conformen una mayoría suficiente para acabar con la actividad hípica.
-¿Teme que se admita a nuevos socios para favorecer los intereses de Essentium?
-Es evidente que la tendencia es que, por el paso del tiempo, los socios fundadores vayamos desapareciendo. Por eso, los nuevos socios que entren, que podrán hacerlo sin vocación hípica, adquirirán una mayoría de dos tercios sobre el reducido censo que ahora tenemos -unos 320 socios- con una evidente facilidad. Esto provocaría la desaparición de la idiosincracia del Chas. Ceder el control total del club es conducirlo hacia la desaparición.
-¿Qué papel destina el proyecto a la junta directiva?
-Ninguno. Los que ocuparan ese cargo serían meros adornos porque Essentium se reserva la participación en todas las decisiones. Además, la compañía también se reserva la capacidad de decisión sobre la viabilidad del proyecto, con un período que no será menor a los 24 meses, entre el debate y la ejecución. Es decir, si en un momento del desarrollo del estudio de viabilidad Essentium decide apartarse del proyecto, causaría un daño irreparable a la imagen del club, que no obtendría ningún tipo de resarcimiento como contrapartida.
-Algunos socios defienden que el plan pone fin a las penurias económicas del Chas.
-La situación económica del club es delicada, pero única y exclusivamente por el reducido número de socios. La viabilidad sería posible con un número superior de socios al que tenemos. Pero ahora no podemos captar más socios dedicados a la hípica. Por eso, la viabilidad pasa por acuerdos externos.
-¿Cómo el que les propuso el Grupo a principios de año?
-Yo personalmente, con conocimiento de Andrés Domingo, he mantenido varias conversaciones con el presidente del Grupo Covadonga, Enrique Tamargo, que ha manifestado su interés en llegar a un acuerdo con el Chas que permitiese la viabilidad económica para nosotros y la expansión territorial para ellos. Sería un acuerdo entre dos iguales, que permitiría además compartir instalaciones. Esto haría viable el futuro del Chas, que mantendría la actividad hípica. El resto de la gestión deportiva sería cosa del Grupo Covadonga, que tiene probada experiencia en la materia. De esta forma, convertiríamos a los dos clubes en una potencia deportiva en toda regla. El Grupo pagaría un alquiler por los terrenos y todos saldríamos ganando.
-¿Considera viable el macrocentro deportivo proyectado?
-Ignoro si puede haber segundas intenciones en este proyecto. Otra cosa es lo que pienso. Yo sólo participé en la primera de las reuniones que han servido para elaborar este proyecto marco. En este sentido, el asunto lo ha llevado de forma personal Andrés Domingo. Está en su derecho, según dictan los estatutos. Aún así, una cosa es el revestimiento que se está haciendo de este asunto, otra lo que finalmente se haga y una tercera cómo se va a regular todo al final. El proyecto me parece demasiado espectacular para una ciudad como Gijón, que ya cuenta con varios clubes deportivos. Como empresario que soy, no me aventuraría jamás en algo así.
-¿Existen dificultades urbanísticas para desarrollarlo?
-En un principio, la reforma de instalaciones debería ser aceptada. Otra cosa es que se dé por bueno el aumento de volumetría en el espacio del club que Essentium plantea. Desconozco si ya se han realizado gestiones en las oficinas de Urbanismo del Ayuntamiento de Gijón.
-¿Existe riesgo de fractura de la masa social?
-Eso ya ocurrió en el Chas hace seis años, cuando se presentó un proyecto de una empresa inglesa para arrendar parte de los terrenos. Aquello propició que muchos socios se fueran del club. Desde ese momento, la situación económica empeoró notablemente.
«Como empresario, nunca me aventuraría en un proyecto como el de Essentium para una ciudad como Gijón»
-¿Por qué se opone a un proyecto anunciado con una inversión de 21 millones?
-El proyecto de Essentium, tal y como viene redactado en el acuerdo marco, lleva implícita una transformación de un club deportivo-social, como el Chas, en una explotación lúdico-deportiva por una entidad mercantil, legítima, pero con ánimo de lucro. Un club social se gestiona mediante una directiva, sometida a la asamblea general de socios, y la concesión de determinados servicios a proveedores. Sin embargo, en el proyecto de Essentium se plantea una gestión total del club por parte de esta entidad, no por parte de los socios. Es decir, los acuerdos de los socios no obligan al proponente ni le vinculan si no está previamente de acuerdo con ellos. Por lo tanto, para mí, para una parte de la directiva y para un sector de la masa social este proyecto es absolutamente inadmisible.
-¿El proyecto choca con la filosofía deportiva del club?
-En mi opinión, sí. Hasta tal punto es así, que uno de los puntos del acuerdo marco dice que se respetará la actividad hípica, en tanto en cuanto, dos tercios de los socios titulares no decidan suprimirla en una asamblea. A día de hoy, me atrevo a afirmar que el espíritu del Chas sigue siendo el espíritu de sus fundadores. Pero no hay garantías de que esto sea así si Essentium se hace con el control del club y comienza a admitir a nuevos socios. Esto podría provocar, en un espacio muy corto de tiempo, que los nuevos socios conformen una mayoría suficiente para acabar con la actividad hípica.
-¿Teme que se admita a nuevos socios para favorecer los intereses de Essentium?
-Es evidente que la tendencia es que, por el paso del tiempo, los socios fundadores vayamos desapareciendo. Por eso, los nuevos socios que entren, que podrán hacerlo sin vocación hípica, adquirirán una mayoría de dos tercios sobre el reducido censo que ahora tenemos -unos 320 socios- con una evidente facilidad. Esto provocaría la desaparición de la idiosincracia del Chas. Ceder el control total del club es conducirlo hacia la desaparición.
-¿Qué papel destina el proyecto a la junta directiva?
-Ninguno. Los que ocuparan ese cargo serían meros adornos porque Essentium se reserva la participación en todas las decisiones. Además, la compañía también se reserva la capacidad de decisión sobre la viabilidad del proyecto, con un período que no será menor a los 24 meses, entre el debate y la ejecución. Es decir, si en un momento del desarrollo del estudio de viabilidad Essentium decide apartarse del proyecto, causaría un daño irreparable a la imagen del club, que no obtendría ningún tipo de resarcimiento como contrapartida.
-Algunos socios defienden que el plan pone fin a las penurias económicas del Chas.
-La situación económica del club es delicada, pero única y exclusivamente por el reducido número de socios. La viabilidad sería posible con un número superior de socios al que tenemos. Pero ahora no podemos captar más socios dedicados a la hípica. Por eso, la viabilidad pasa por acuerdos externos.
-¿Cómo el que les propuso el Grupo a principios de año?
-Yo personalmente, con conocimiento de Andrés Domingo, he mantenido varias conversaciones con el presidente del Grupo Covadonga, Enrique Tamargo, que ha manifestado su interés en llegar a un acuerdo con el Chas que permitiese la viabilidad económica para nosotros y la expansión territorial para ellos. Sería un acuerdo entre dos iguales, que permitiría además compartir instalaciones. Esto haría viable el futuro del Chas, que mantendría la actividad hípica. El resto de la gestión deportiva sería cosa del Grupo Covadonga, que tiene probada experiencia en la materia. De esta forma, convertiríamos a los dos clubes en una potencia deportiva en toda regla. El Grupo pagaría un alquiler por los terrenos y todos saldríamos ganando.
-¿Considera viable el macrocentro deportivo proyectado?
-Ignoro si puede haber segundas intenciones en este proyecto. Otra cosa es lo que pienso. Yo sólo participé en la primera de las reuniones que han servido para elaborar este proyecto marco. En este sentido, el asunto lo ha llevado de forma personal Andrés Domingo. Está en su derecho, según dictan los estatutos. Aún así, una cosa es el revestimiento que se está haciendo de este asunto, otra lo que finalmente se haga y una tercera cómo se va a regular todo al final. El proyecto me parece demasiado espectacular para una ciudad como Gijón, que ya cuenta con varios clubes deportivos. Como empresario que soy, no me aventuraría jamás en algo así.
-¿Existen dificultades urbanísticas para desarrollarlo?
-En un principio, la reforma de instalaciones debería ser aceptada. Otra cosa es que se dé por bueno el aumento de volumetría en el espacio del club que Essentium plantea. Desconozco si ya se han realizado gestiones en las oficinas de Urbanismo del Ayuntamiento de Gijón.
-¿Existe riesgo de fractura de la masa social?
-Eso ya ocurrió en el Chas hace seis años, cuando se presentó un proyecto de una empresa inglesa para arrendar parte de los terrenos. Aquello propició que muchos socios se fueran del club. Desde ese momento, la situación económica empeoró notablemente.
«Como empresario, nunca me aventuraría en un proyecto como el de Essentium para una ciudad como Gijón»
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