Un jinete de altos vuelos

                José Arango en la pista de calentamiento con Raggamuffin. :: G. G.





Nota de Prensa

d.e.c

NACHO GUTIÉRREZ | AVILÉS


José Arango, un madrileño con raíces asturianas y expiloto de avión, es el veterano del concurso a sus casi 65 años


Es el veterano de cuantos compiten en el concurso de Avilés, lleva al pie del caballo 51 de sus casi 65 años, y bien podemos afirmar que José Arango Lasaosa es un jinete de altos vuelos si referimos que hasta su jubilación fue piloto de la compañía aérea Iberia, con miles de horas de experiencia y maratonianas travesías transatlánticas a lo largo de cuarenta años de trabajo.
José Arango es un madrileño que pasa los veranos en Asturias, donde tiene sus raíces, en Cangas de Narcea por parte de padre, y en Luarca, por la de su abuela. Y si con su profesión fue capaz de hacer compatible su afición por la hípica, ahora que le sobra tiempo no deja pasar la anual oportunidad de alternar el descanso vacacional con la competición, para lo cual estabula sus caballos, normalmente uno de los tres que tiene en Madrid, en el Centro Deportivo El Forcón. «Tiene unas instalaciones magníficas para el caballo y para que la gente nos encontremos bien porque el trato es muy cercano. Me tratan de la mejor manera y solucionan cualquier contratiempo», subraya el veterano jinete.
«Llevo compitiendo en concursos desde 1962 y sigo disfrutando de ese ambiente, gane o pierda». José Arango lleva la afición por el caballo en la sangre, lo mismo que sus siete hermanos: «Nos la inculcaron nuestros padres, que eran muy aficionados a este mundo del caballo. Los ocho hermanos estuvimos desde pequeños vinculados a la hípica, aunque somos tres los que más hemos competido y lo seguimos haciendo a cierto nivel, nacional e internacional». Arango tiene tres hijos y pese a la afición del padre «los dos mayores se desvincularon ya, la que sigue montando es la pequeña, aunque ahora su prioridad son los estudios».
Entre vuelo y vuelo, José Arango practicaba en los clubes de Madrid, aunque en verano su estancia por tierras asturianas abría un paréntesis en su carrera de jinete. Hasta que decidió invertir la situación, casi al tiempo que se jubilaba: «Llevamos 25 años pasando el verano en Asturias y este tiempo los caballos descansaban, pero desde hace cinco años me los traigo al Forcón y además de montar cuando quiera puedo participar en un concurso como este, en el que hay un gran nivel».
Campeón de España
Aunque a su edad las victorias no sean habituales ante la pujanza de la juventud, José Arango destaca que «el caballo me ha dado muchas satisfacciones, deportivas y personales, es un animal adorable». Aunque no haya sido profesional de la hípica, no estamos hablando de un jinete cualquiera: «Fui finalista en dos campeonatos absolutos de España cuando se hacía con cambio de caballo, gané dos veces el campeonato de caballos nacionales y pruebas en concursos».
Ahora «compito por afición, porque me gusta y sigo disfrutando con el caballo igual que antes, es lo más importante». En el concurso de Avilés «me ha ido bastante bien estos años, no me quejo. Hasta ahora corría la prueba grande, pero este año lo hago en la pequeña, he venido con un caballo joven y que debuta en El Forcón. Lo está haciendo a buen nivel, así que estoy contento», aunque no haya podido subirse al podio de los mejores. «Otra vez será, lo importante es que un año más he disfrutado mucho aquí».
Resulta inevitable preguntarle lo que siente un veterano con 51 años de carrera al medirse con jinetes que podían ser sus nietos: «Es curioso, la verdad. A nivel personal me produce buenas sensaciones ver crecer a los chavales y competir cada vez mejor», dice el maestro Arango, que hace gala de su carácter afable en la charla con el periodista.