Nota de prensa d.e.c
Habría cometido una falta grave por trabajar sin autorización municipal expresa para otras instalaciones hípicas
G. D. -R. | OVIEDO
Que El Asturcón no funciona no es un secreto. Después de gastarse 24 millones de euros en unas instalaciones para la práctica de los deportes de equitación, el Ayuntamiento perdió repentinamente el interés. Casi a la vez, Gabino de Lorenzo dejó su negocio de cría de caballos en manos de la familia. Para la gestión se acudió a una privatización parcial, una concesión a 40 años que incluía el campo de golf y subvencionada con 600.000 euros al año. Desde entonces todo han sido problemas. La concesionaria, Urbaser, no está a gusto. Tampoco el personal municipal, tan solo dos trabajadores, da alegrías. El último disgusto es la apertura de un expediente al coordinador del centro por una falta grave: haber simultaneado trabajos en otras instalaciones ecuestres.
El instructor, el concejal de Personal, Gerardo Antuña, ya ha tomado declaración al responsable del centro. El expediente podría concluir con la suspensión de empleo y sueldo del trabajador o, incluso, con un despido, pues no se trata de un funcionario sino de personal laboral fijo no de plantilla. De hecho, en la Relación de Puestos de Trabajo que negocian sindicatos y equipo de gobierno los puestos vinculados a El Asturcón desaparecen.
Un despilfarro, un disparate
Oviedo siempre ha tenido una gran vinculación con la hípica, pero la decisión de llevar al límite del municipio con Llanera, a una zona con malos accesos, unas instalaciones que siempre estuvieron cerca del centro de Oviedo, no resultó. La deficiente planificación y un mal proyecto multiplicaron por 10 los costes de la inversión: de 2,4 a 24 millones de euros. El Asturcón cuenta ahora con 240 boxes en diez cuadras y 140 boxes en la zona de Pony-Club, pero la concesión está tan mal diseñada que a Urbaser le interesa económicamente que haya menos caballos a su cuidado. Con semejante estímulo no es de extrañar que las quejas por el mal servicio prestado se multipliquen y que los usuarios se decanten por alquilar solo la estabulación.
Además, el Ayuntamiento asume casi todos los demás gastos: luz, depuración de aguas, energía, cuidados y mantenimiento de las pistas y subvenciona a las tres escuelas deportivas que utilizan el centro.
Comer y dormir gratis
Las tres, a través de una concesión que vence en 2015, usan los boxes gestionados por la empresa Urbaser sin que esta pueda repercutir tarifas de alojamiento ni manutención. 110 caballos que comen y duermen gratis.
El disparate puede ser mayor. La sociedad también se encarga de los caballos de los asturcones cedidos por el Ayuntamiento «hasta el fin de la concesión» que vence en el año 2043. Habría que recurrir a la clonación para poder devolver los animales al municipio cuando venza este plazo.
Urbaser aduce que pierde dinero, el Ayuntamiento saca de sus arcas todos los años entre 1,3 y 1,5 millones de euros para el centro, las instalaciones están mal conservadas y los usuarios se quejan. Un fiasco del que el Ayuntamiento quiere salir
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