Frío y distante, el Hípico de Gijón reniega de los suyos y políticamente desobedece año tras año a la lógica y al sentido común, olvidándose de favorecer y promocionar a los jinetes y caballos de su ciudad y región. Pero hace años no era así. Recuerdo mi primer Campeonato de Asturias en 1973 (campeonato astur-galaico) celebrado en Las Mestas y aquellos concursos nacionales que se disputaban en julio y el internacional de agosto, en el que se disfrutaba año tras año del verde de Las Mestas. Entonces el internacional de agosto era el buque insignia de la divertida, famosa y floreciente ruta de los concursos hípicos asturianos.
Con la llegada del CSIO, el escenario cambió. Las normas FEI, junto con la forma de aplicarlas, lo hicieron intratable y el ambiente del “internacional” cambió. El gigante, lleno de soberbia y complejo aldeanista, sólo deseaba lo extranjero y lejano, despreciando lo suyo y cercano. Tampoco hubo suerte con los políticos municipales y dirigentes federativos, que año tras año, empavonados con el glamour del CSIO, daban por bueno el uso ecuestre de Las Mestas tan sólo una semana al año, un uso puntual que se mantiene.
Es tal su egoísmo, que cuando la administración autonómica prohibió las famosas apuestas hípicas, pilar indispensable en el desarrollo de los concursos asturianos, el concurso municipal de Gijón, con el asentimiento de la federación territorial, sólo se preocupó de que la ley mantuviera el privilegio de la apuesta para la competición de Las Mestas, dejando vergonzosamente fuera a sus vecinos y humildes concursos hípicos de Luanco, La Felguera, Avilés, CHAS,.. Les dejaron huérfanos y abandonados ante una Administración que ni entiende ni quiere entender y por supuesto, siendo víctimas de un agravio comparativo impresentable.
Como colmo de su avaricia, las invitaciones o famosas “wild card” de que dispone el CSIO, en vez de ser reservadas para los deportistas con méritos adquiridos y otros compromisos gentiles, las dedican a “hacer caja”. De esta forma, a golpe de talonario, el Hípico gijonés vende su prestigio y honra.
Leonardo Medal García
Jinete de Gijón
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