Nacho G. Pandavenes
Varios propietarios se niegan a pagar por unos servicios que, según denuncian, no reciben
El Centro Ecuestre El Asturcón, concebido como uno de los más ambiciosos de Europa, está hecho una ruina. Desde que la empresa Urbaser se hizo cargo de las instalaciones en 2004 no ha habido más que quejas de los usuarios y llamadas de atención del consistorio, que ya no sabe cómo hacer que la gestora mantenga una infraestructura que, según el contrato, es suya hasta el año 2044.
El concejal encargado de lidiar con Urbaser, Iván de Santiago, incluso creó una junta directiva con la participación del ayuntamiento, la concesionaria y los usuarios, para intentar trabajar conjuntamente, pero la empresa la abandonó. “Sólo funcionan a golpe de mazo municipal”, resume el edil. El principal problema es el mantenimiento de unas instalaciones que pasan por ser de las mejores de Europa. “Lo tienen hecho una ruina”, asegura De Santiago.
Según denuncian los usuarios y el propio consistorio, la empresa no se hace cargo de casi nada, las barreras están rotas, las vallas de salto caídas, hay boquetes en las protecciones laterales del área donde entrenan los niños y los andadores, que son las estrellas indiscutibles del centro, se cierran a cal y canto en cuanto hay oportunidad para que no se deterioren con el uso. Además, la acumulación de basura y estiércol, a parte de insalubre, ha llegado a provocar incendios en el pasado.
La plantilla que se hacía cargo de las instalaciones ha disminuido paulatinamente y la primavera pasada caía la última tanda, formada por el equipo encargado de la limpieza. Hoy, ni el ayuntamiento ni los usuarios -a este periódico http://www.lavozdeasturias.es/ le resultó imposible contactar con la empresa- son capaces de enumerar los empleados del centro, pero los cuantifican entre cuatro y ocho para los 300.000 metros cuadrados de las instalaciones.
La situación ha llegado a tal extremo que, como explicaba ayer De Santiago, “ya hay hasta litigios entre los usuarios y la empresa”. Esos problemas son producto de la negativa de los propietarios a pagar unos servicios que aseguran no recibir. De hecho, una de las quejas más frecuente es que son los propios dueños de los animales los que deben hacerse cargo de la limpieza de los boxes y de alimentar a los caballos si quieren que estén bien cuidados. Por este motivo, varios de ellos, “unos ocho o diez”, según el ayuntamiento, han dejado de pagar sus cuotas y hay casos que ya están en los tribunales.
La situación es tan complicada que incluso el alcalde salió a la palestra en su momento para anunciar una auditoría del contrato. El consistorio ha barajado la posibilidad de retirar la concesión a la empresa porque la situación es crítica, hasta el punto que De Santiago se ha visto obligado a ordenar los últimos arreglos a golpe de requerimiento. El último ha sido la reparación de los boxes y los andadores. “La empresa alega que repara las instalaciones para que los usuarios las rompan. Es cierto que en alguna ocasión ha pasado. Yo ordené arreglar las taquillas y al día siguiente aparecieron 50 destrozadas”, explicó el edil. Y advirtió: “Estamos al servicio de los usuarios y vamos a estar muy pendientes de esta empresa, que está obligada a mantener en buen estado las instalaciones”.
De Santiago aprovechó para anunciar una próxima actuación en la pista de salto, “donde nos gastamos unos 15.000 euros en una arena especial y no asentó, por lo que tenemos que volver a ponernos con ello”.
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