fue publicada en el diario La Nueva España el 2 de agosto de 2009 y su autor es Jorge Junquera
Espero que sea de vuestro interés....
Aunque algunos ni se lo imaginen, el hípico existía en Gijón antes de Avelino Rodríguez Miravalles, pero también es cierto que hay un antes y un después de que este cubano de nacimiento asumiera la responsabilidad del recinto.
Avelino nació en La Habana hace sesenta años, pero su familia volvió a Asturias cuando él apuntaba sólo 8. En Gijón fue donde se aficionó a los caballos, deporte sobre el que giró su vida. Curiosamente nunca fue jinete, y su fama, internacionalmente reconocida, la cimentó como organizador de concursos y jefe de pista. Ya de muy joven comenzó a frecuentar el hipódromo de Las Mestas, donde el deporte de la hípica comenzaba a hacerse un hueco entre la sociedad gijonesa. Por aquel entonces, el alma máter del concurso era Gregorio «Goyo» Rodríguez Blanco, si bien el director del cotarro era el general Calderón. Goyo pidió ayuda para la organización y entre los elegidos se encontraba un jovencísimo Avelino Rodríguez Miravalles, quien de esa manera, un tanto casual, se introdujo en lo que sería su pasión y su profesión para el resto de la vida. Este paso hípico hizo que dejara aparcados sus estudios en la Escuela Técnica de Ingeniería Naval de Madrid.
Al poco tiempo, corría el año 1978, fue designado gerente del Club Hípico Astur, cargo en el que permaneció hasta 1981. Ese año asume la dirección técnica de los concursos gijoneses y en 1989 es nombrado director del Patronato Deportivo Municipal.
Paralelamente a su trayectoria como organizador, va recorriendo todo el escalafón como juez. En la actualidad ostenta la máxima categoría, lo que le permite estar presente en las competiciones de mayor nivel hípico, como son los Juegos Olímpicos. Así, concursos como los Juegos Ecuestres disputados en Jerez en el año 2002 fueron responsabilidad suya. También fue jefe de pista en la final de la Samsung Nations Cup que se disputó en Gijón en 1999 y en todas las finales de la Samsung Super League entre el 2003 y el 2005 que albergó Barcelona.
Además de los Concursos de Saltos Internacional Oficial de España que se celebraron en Las Mestas, Rodríguez Miravalles también fue jefe de pista en los organizados en Rotterdam, Módena y Barcelona, en las FEI World Cup de Sevilla, Oviedo y Vigo durante casi una década, además de Tampa y Palm Beach en Estados Unidos, Madrid, Jerez de la Frontera, San Sebastián, Espinho (Portugal) o Monterrey (México), entre otros
Este mismo año ocupó idéntica responsabilidad en el Circuito del Sol, competición ecuestre que se celebra en la Dehesa de Montenmedio, en Vejer (Cádiz) y que reúne a alrededor de 1.500 caballos en todas las disciplinas hípicas, así como la Copa del Mundo de Vigo el pasado mes de febrero. El año pasado, el CSIO de España no se disputó en Gijón, sino en Madrid, pero la organización también confió a este cubano-asturiano la elaboración de los distintos recorridos.
Entre las labores de un organizador de concursos -y mucho menos de un jefe de pista- seguramente no esté la de idear obstáculos o aportar sugerencias para la mejora de la pista, pero para Avelino Rodríguez ese trabajo es de lo más normal. La mayor parte de los cuidados obstáculos que estos días se pueden ver sobre el verde de Las Mestas son idea suya, confeccionados por un brillante equipo de carpinteros.
Avelino tiene fama de «escuchador» más que de hablador, y de ser un «gentleman» en el fondo y en las formas. Impecablemente vestido en todas las ocasiones, no es raro verle con un vaso de coca-cola en la mano. A primera vista puede parecer un hombre de carácter adusto, pero los que mejor lo conocen aseguran que cuando gana confianza puede ser hasta divertido.
Junto a su labor como organizador de los concursos gijoneses, Rodríguez Miravalles ocupó desde 1989 la dirección del Patronato Deportivo Municipal, puesto del que el próximo 17 de agosto será sustituido debido a la incompatibilidad surgida por la aplicación de la ley de Grandes Ciudades.
Tampoco rechaza responsabilidades federativas y en la actualidad es vicepresidente de la Territorial Asturiana. Rodríguez Miravalles conoce al dedillo el mundo de los caballos y ha sabido contagiar su entusiasmo a una ciudad entera que cada verano vibra en el hipódromo, adonde acude en masa atraída por el espectáculo, para apostar, para ver y, a la vez, para dejarse ver.
Avelino nació en La Habana hace sesenta años, pero su familia volvió a Asturias cuando él apuntaba sólo 8. En Gijón fue donde se aficionó a los caballos, deporte sobre el que giró su vida. Curiosamente nunca fue jinete, y su fama, internacionalmente reconocida, la cimentó como organizador de concursos y jefe de pista. Ya de muy joven comenzó a frecuentar el hipódromo de Las Mestas, donde el deporte de la hípica comenzaba a hacerse un hueco entre la sociedad gijonesa. Por aquel entonces, el alma máter del concurso era Gregorio «Goyo» Rodríguez Blanco, si bien el director del cotarro era el general Calderón. Goyo pidió ayuda para la organización y entre los elegidos se encontraba un jovencísimo Avelino Rodríguez Miravalles, quien de esa manera, un tanto casual, se introdujo en lo que sería su pasión y su profesión para el resto de la vida. Este paso hípico hizo que dejara aparcados sus estudios en la Escuela Técnica de Ingeniería Naval de Madrid.
Al poco tiempo, corría el año 1978, fue designado gerente del Club Hípico Astur, cargo en el que permaneció hasta 1981. Ese año asume la dirección técnica de los concursos gijoneses y en 1989 es nombrado director del Patronato Deportivo Municipal.
Paralelamente a su trayectoria como organizador, va recorriendo todo el escalafón como juez. En la actualidad ostenta la máxima categoría, lo que le permite estar presente en las competiciones de mayor nivel hípico, como son los Juegos Olímpicos. Así, concursos como los Juegos Ecuestres disputados en Jerez en el año 2002 fueron responsabilidad suya. También fue jefe de pista en la final de la Samsung Nations Cup que se disputó en Gijón en 1999 y en todas las finales de la Samsung Super League entre el 2003 y el 2005 que albergó Barcelona.
Además de los Concursos de Saltos Internacional Oficial de España que se celebraron en Las Mestas, Rodríguez Miravalles también fue jefe de pista en los organizados en Rotterdam, Módena y Barcelona, en las FEI World Cup de Sevilla, Oviedo y Vigo durante casi una década, además de Tampa y Palm Beach en Estados Unidos, Madrid, Jerez de la Frontera, San Sebastián, Espinho (Portugal) o Monterrey (México), entre otros
Este mismo año ocupó idéntica responsabilidad en el Circuito del Sol, competición ecuestre que se celebra en la Dehesa de Montenmedio, en Vejer (Cádiz) y que reúne a alrededor de 1.500 caballos en todas las disciplinas hípicas, así como la Copa del Mundo de Vigo el pasado mes de febrero. El año pasado, el CSIO de España no se disputó en Gijón, sino en Madrid, pero la organización también confió a este cubano-asturiano la elaboración de los distintos recorridos.
Entre las labores de un organizador de concursos -y mucho menos de un jefe de pista- seguramente no esté la de idear obstáculos o aportar sugerencias para la mejora de la pista, pero para Avelino Rodríguez ese trabajo es de lo más normal. La mayor parte de los cuidados obstáculos que estos días se pueden ver sobre el verde de Las Mestas son idea suya, confeccionados por un brillante equipo de carpinteros.
Avelino tiene fama de «escuchador» más que de hablador, y de ser un «gentleman» en el fondo y en las formas. Impecablemente vestido en todas las ocasiones, no es raro verle con un vaso de coca-cola en la mano. A primera vista puede parecer un hombre de carácter adusto, pero los que mejor lo conocen aseguran que cuando gana confianza puede ser hasta divertido.
Junto a su labor como organizador de los concursos gijoneses, Rodríguez Miravalles ocupó desde 1989 la dirección del Patronato Deportivo Municipal, puesto del que el próximo 17 de agosto será sustituido debido a la incompatibilidad surgida por la aplicación de la ley de Grandes Ciudades.
Tampoco rechaza responsabilidades federativas y en la actualidad es vicepresidente de la Territorial Asturiana. Rodríguez Miravalles conoce al dedillo el mundo de los caballos y ha sabido contagiar su entusiasmo a una ciudad entera que cada verano vibra en el hipódromo, adonde acude en masa atraída por el espectáculo, para apostar, para ver y, a la vez, para dejarse ver.
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